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Este tipo de cuello de botella puede ocurrir en una amplia gama de escenarios, como cuando se utilizan aplicaciones que requieren un procesamiento de gráficos pesado (incluidos juegos), pero el procesador no puede suministrar datos a la GPU de manera eficiente, o viceversa.
Para evitar la creación de cuellos de botella, es importante adquirir una CPU y una GPU que estén equilibradas en términos de rendimiento.
¿QUE MODELO ELEGIR?
Jugar videojuegos de nueva generación con un rendimiento aceptable/alto requiere ahora una CPU con al menos 6-8 núcleos. Sin embargo, un mayor número de núcleos puede mejorar aún más el rendimiento, especialmente considerando que los juegos de última generación suelen ser más exigentes en cuanto a recursos de procesamiento. Es importante tener en cuenta que a resoluciones más bajas, como FHD (1920×1080), la carga de trabajo tiende a recaer más en la CPU que en la GPU, por lo que la elección de una CPU de alto rendimiento es crucial para una experiencia de juego óptima.
La elección entre AMD e Intel también depende de las preferencias personales y del uso previsto del PC.
En general, AMD ofrece una solución más sencilla, donde CPUs como la serie X3D ofrecen un rendimiento excelente sin necesidad de complicados procedimientos de overclocking ni inversiones adicionales en hardware de alta gama. Además, las CPUs AMD tienden a estar más orientadas a los juegos y el streaming, a menudo manteniendo un precio más bajo.
Intel, por otro lado, requiere una gestión más cuidadosa y, a menudo, un mayor presupuesto. Incluso sin overclocking, las CPU Intel pueden ofrecer un rendimiento excelente, pero para aprovechar al máximo su potencial, es necesario el overclocking manual, además de combinarlas con RAM de alta frecuencia y baja latencia. Esto puede generar costos adicionales en RAM y placas base de alta calidad, especialmente para alcanzar los mismos niveles de rendimiento que las CPU Ryzen.
Para estaciones de trabajo, Intel a menudo ofrece más núcleos y subprocesos, lo que hace que sus procesadores sean los preferidos para tareas relacionadas con el trabajo, como edición de video, renderizado, inteligencia artificial, programación y otras actividades multimedia intensivas, además de tener una compatibilidad de software más amplia.
Finalmente, para quienes tienen un presupuesto ajustado, también es importante considerar la durabilidad de las CPU de ambos fabricantes. En algunos casos, como se mencionó anteriormente, las CPU AMD pueden ofrecer una mayor durabilidad en cuanto a compatibilidad con plataformas existentes.
Para obtener más información, lea el artículo PLACA BASE.
CPU RECOMENDADAS
A continuación, enumeramos las CPU Intel y AMD de última generación que consideramos opciones sólidas.
Hemos seleccionado únicamente CPU overclockeables (o aquellas con 3D V-Cache para AMD), ya que el overclocking es esencial para lograr el máximo rendimiento en los juegos.
Para Intel, puedes comprar las versiones KF (sin GPU integrada) para ahorrar algo de dinero.
Todas las CPU Intel de la lista son compatibles con DDR4 y DDR5 (pero si estás armando una PC nueva, recomendamos usar RAM DDR5, ya que es más reciente y “a prueba de futuro”).